lunes, 16 de mayo de 2011

35 DÍAS!

Siempre me considere una persona conservadora,  aunque siempre termino contando lo que sucede en mi vida, típico de las personas que suelen escribir cada vez que pueden.  Pasaron treinta y cinco  días en los cual no supe nada de ti, nada de mí, ni de lo que pienso, ni de lo que siento. Pasó más de un mes y yo estaba totalmente feliz con mi última decisión, pues soy de esas personas que respetan al máximo sus decisiones, y mi última palabra vale por mil.

Un mes de treinta días, más un día del mes anterior y más cuatro días del mes actual en los cuales hiciste lo que más detestaba y yo solo te miré, te ignoré, y me reí, Me burle de ti, y todo tu alrededor y del mío. Pues me considero lo suficientemente mala para ser feliz por completo. Tal vez y sin querer me juré repudiarte, una cortina de gotas saladas cayeron por mis grandes mejillas.  

Así mismo varios sabrán cual es mi posición y cuál es la tuya, o la suya, la de ella, la de ellos, la de él, y la de aquel que siempre estuvo de alcahueta. Yo sé quién eres, o bueno creía saberlo hasta que me di cuenta que eras un pobre y triste niño, a nuestro favor eran más de cinco años los que fortalecieron nuestra amistad que por cierto, un miércoles treinta de algún meses, se terminó.

Para que quitarme el tiempo pensando en alguien que en realidad no sabe ni siquiera lo que es el significado de la “valoración”, valorar algo, alguien, lo que das, lo que recibes, lo que algún vez te di para que cuidaras por mí, quizá yo tampoco lo sé (pero aparenté muy bien saberlo y tú ni siquiera te diste cuenta si lo sabia o no) ¿Tú lo sabes? ¿Ustedes lo saben? En fin, ahora estoy “tirada” en un piso frio con la laptop de cabeza y escribiendo cada cosa que se me viene a la mente, normalmente necesito de unos cuantos cigarros para escribir, pero esta vez todo está “fluyendo”.

Quizá si no existiera este tipo de comunicación entre tu yo (me refiero a él) no sabría nada de ti, pero qué más da, encontraste la manera de volver a aparecer, en el momento que menos me lo esperaba, es cierto, ya que nunca esperé alguna llamada, señal de humo, carta, referencia, misio, telegrama o algo  tuyo, después de esa larga conversación telefónica de un frio lunes por la noche.

Un “Hola” fue el quiebre de tu orgullo, y lo sabes, hasta yo me di cuenta, mi respuesta fue tan sarcástica como cada vez no entiendo algo. No sé como mentirte, no sé como lo podre ocultar, pero yo de ti ya no quiero nada. Eso te dije, y tú no sé cómo con tu voz de “colabórame” (como los ambulantes en los micros), has hecho que ahora esa frase sea un “tienes todo el derecho a cortejarme yo no rechazaré ni aceparé algo” que rayos pasa por mi cabeza. Quizá tanta información de un teléfono malogrado o en reparación ¿me tiene así?

Suelo no desistir en mis decisiones, pero no tengo pensando hacerlo, tal vez la conservación de la amistad sea lo correcto, sea lo mejor, pues todo pasado nunca es bueno, y como me dijo alguna vez “NADA SERA LO MISMO” pues esas mismas palabras me las grave y me las repetí más de mil veces para olvidarte, para olvidarlos, para olvidarlas, para borrar la historia vivida, y superar todo en un día y medio. ¿Tiempo record? Lunes (a partir de la media noche) de llanto, martes de “resurrección” y miércoles de la “la vida continua”. Siempre intente protegerme y evitar expulsar mis sentimientos a una gran masa, la sonrisa es la mejor amiga de la hipocresía, la mirada es lo que debía evitar, yo quizá pienso y por lo poco que me conozco que todo es un conglomerado de decepción, repudio, asco, ardor, coraje, desprecio, y de a, b y z . . .