jueves, 16 de septiembre de 2010

Sentimiento en la oscuridad


Me enamoré y pensé que del hombre perfecto. Eran las 11 de la noche y tocaron a mi puerta, una mala noticia me estaba esperando. No había luz, tampoco esperanza, él había muerto. Me encerré dos horas en mi habitación y lloré, lloré como nunca podría imaginar hacerlo.
Recordé su mirada, recordé sus palabras, recordé todo de él, me recordé a mí en un futuro junto a él. Pasaron los días, ya iban tres y seguía en mi cuarto con la misma ropa, con la misma oscuridad, con el mismo sentimiento pero con otras lágrimas, él partió y me dejó sola.
Vivía sola en mi oscuridad,  ella me abrazaba y yo me aferraba más a ella. No quería salir y es cierto pero en algún momento pensé en dejar de existir, mi única calma era estar en ese cuarto, entregando mi ser a esa almohada mojada que me acompañaba, no deseaba ver a nadie; ya habían pasado seis días y seguía ahí en mi mundo oscuro sin comer, sin beber, solo pensando en qué haría con mi vida ahora que estoy más sola que nunca.
No sé como sobreviví, todos los días mi madre tocaba a mi puerta tan solo para preguntar si estaba viva, me imagino que con un solo “sí” ella tenía más esperanza que yo de mi misma. Me dejaban comida en la ventana, me dejaban agua e intentaban hablarme pero yo simplemente escribía notas en las que ponía que me dejen sola. Tan solo quería dormir y llorar.
Esa había sido mi rutina por veinticuatro días, y aún estaba viva, sería un milagro no lo sé. El día veintiséis decidí salir de mi cuarto, pero no quería dejar esa oscuridad fuera de mi mente y de mis sentimientos. Toqué mi ventana y mi madre corrió, escuche sus tacos venir hacia mi mundo. Le pedí que apagara todas las luces, que cerrara las cortinas que ya era el momento en el que tenía que salir.
Ella hizo lo que le pedí, volvió a mi puerta y me dijo que todo estaba listo; empecé  por abrir la cerradura de mi cuarto, mi madre se apresuró, abrió la puerta y me abrazó. Yo no moví ni un solo musculo; todo seguía oscuro tal y como lo sentía mi corazón. Ella me soltó y ahora me tocó el turno de abrazarla, la abrasé y creo que por un momento casi la asfixio. Ya no me sentía sola, ahora la tenía a ella, pero tenía miedo a que se vaya, a volver a quedarme sola.
Me di un baño y al salir mi madre intentó prender la luz, casi me vuelvo loca, no quería más luz en mi vida, no quería luz en mi casa, no quería ver la más, en realidad no quería que me vieran así tan deprimida, tan ojerosa, tan flaca y desnutrida; pues aun conservaba mi orgullo.
Mi mejor amiga llegó a mi casa pues mi madre le había avisado que había salido de mi cárcel, la cárcel que yo construí para mí, se sentó frente a mí y empezó a hacerme preguntas como si fuese un bicho raro; la mire y le dije estoy bien, estoy viva, no pude morir en el intento. Me miró y me dijo “la vida continua” borra esa cara triste, que tu mirada lo dice todo.
Desde ese momento juré no mirar atrás, y no lo hice, tampoco volví a soñar o a ilusionarme; prendí la luz y empecé mi nueva vida, borré sus huellas de mi memoria, borré mi vida del destino, volví a nacer para ella, mi madre; porque sé cómo se siente cuando se pierde a alguien importante como él lo fue para mí. Después de cinco años fui a verlo, no sentí nada, pero mi alma cavó entre ese montón de tierra y lo abrazó, abrazó a mi padre. El único hombre del que me enamoré porque era tan sincero, porque tenía el alma pura, porque me amaba como no tienen idea y lo creí tan perfecto, hasta que me abandonó.

Karla Vásquez Ramírez

martes, 31 de agosto de 2010

Cada mañana me despierto con tu mirada grabada en mi mente, y no sé porque eso me hace feliz, una mirada en una mente (raro) pero iluso como yo.

Tu piel rosando la mía; es como magia y suave como una nube, mi orgullo por ti esta por los suelos, ¿no te das cuenta? has ganado esta batalla.

Terminaste domando a una loca ilusa que anda triste porque tiene la autoestima baja, solo escribo por placer al teclado, simplemente son caricias a las teclas.

Es verdad estoy algo, en realidad tan solo un poco “enamorada de ti”; ¿Por qué mentir? me cuesta admitirlo pero muero, me derrito a tus pies y vivo por ti.

Ojala tomaras fuerte mi mano y me enseñaras a volar, así como mis sueños vuelan por ti, depende de ti que nuestro amor nunca caiga, depende de mí que mi paciencia no tenga fin.

Simplemente te pertenezco, pues no me compraste pero si robaste mi corazón con todo y venas, imaginé algo hermoso “tus manos bañadas en mi sangre”

Seré tuya aunque aun no te termine de conocer, seré tuya y es una promesa, seré tuya porque te lo dije y punto… “NO DISCUTAMOS AMOR”

Yo conozco toda tu vida, pero aún no se ningún detalle de ti.

No me dejes sola que sabes que sin ti no soy nada, ni nadie; nunca te atrevas porque romperías tu promesa, nunca me atrevería porque eres tan humano.

Simplemente



Me subiré a un arcoíris para evadir tus engaños

Volare hasta el sol para quemar tus mentiras

Nadaré entre la lluvia para mojar tus malos tratos

Viajaré a Plutón para nunca más escuchar tus falsas promesas

Sin nombre ni apellido



Y una noche sin pensarlo llamaste, y dijiste cosas que nunca pensé escuchar de ti, de tu ser tan pesado como lo eras tú, digo “lo eras” porque no sé si habrás cambiado, en realidad ahora no importa.

Esa llamada con esa misma voz que varias veces se negó a decir frases hermosas, ese susurrar que evito decirme "TE AMO", esa misma voz que dijo que quería lo mejor para mi; que el dinero lo es todo para él. Que quiere darme todo pero "que le dé tiempo". Que tenga paciencia pues aún no había madurado (por cierto la paciencia se despidió de mi esa misma noche).

Dame una razón para seguir con esto, entraste a mi vida sin anunciarte, sin pedir permiso, descarado, insolente, te metiste en mí, robaste mi corazón y pensamiento.

No sé qué hacer con estas ideas encontradas, sentimientos que se confunden en esta noche con el cielo más oscuro de todas las noches tristes que tuve hasta estos 17 años.

Sé que no soy inmortal pero retare a mi corazón, y no me importa el daño que pueda causarme, pues alguien al final de esta historia será feliz, y eso es lo más importante, o lo fue en su momento.

Aun no puedo rendirme! no quiero, me niego, soy una rebelde de profesión y me niego a buscar la salida de esta estúpida relación; será costumbre, tal vez un poco de actuación pero algo involucra a que te pueda soportar tanto.

Estas frases no tienen nombre y apellido, ¿lo tuvieron alguna vez? Puede ser, pero es mejor no averiguarlo.